lunes, 23 de marzo de 2015

Caudiel, un pueblo de contradicciones.

Comenzamos la semana desde el Taller de Empleo "Ruta Turística Alto Palancia" con el propósito de visitar Caudiel y conocer bien sus recursos y patrimonio.
Está situado en la comarca del Alto Palancia, al sureste de la provincia de Castellón, a 649 m. sobre el nivel del mar y atravesado por el Barranco de Juésar, que como una cicatriz, divide en dos zonas al pueblo: el "barrio" y el "lugar", las dos con igual encanto.
Con sus casi 800 habitantes censados, en época estival esta cantidad se duplica, por lo que, en 1999 Caudiel fue declarado Municipio Turístico de Destino Vacacional.
Barranco de Juésar

Llegamos temprano, así que tomamos café en un bar " Casa Inma", justo al lado hay un horno, de leña, completamente tradicional, y el aroma que sale de allí es irresistible, pudimos comprar los panes típicos de Caudiel, así como tortas de higos," rosegones", etc... buenísimo.
Ayuntamiento








Una vez en Caudiel contamos con la inestimable ayuda de Josefina Santolaria, directora del Taller de Empleo " Torre del Molino II". Nos mostró las instalaciones donde llevan a cabo las actividades propias del mismo. Nos acompañó gran parte de la mañana haciéndonos de guía y mostrándonos el municipio.
Desde estas páginas queremos transmitirle nuestro agradecimiento.

Altar de la Virgen del Niño Perdido











De allí nos vamos directamente a la Iglesia ya que su párroco, Don Jesús, muy amablemente, nos abrió sus puertas y nos hizo  una maravillosa visita guiada por la misma.
La iglesia está dedicada a San Juan Bautista, aunque gran parte de su culto e imágenes es para la Virgen de los Niños Perdidos de la cual se guarda una extraordinaria talla en marfil.
Don Jesús nos enseñó el Camarín de la Virgen, una preciosa estancia adornada con pinturas murales de gran valor artístico, así como diversos lienzos de Gaspar de la Huerta.
El retablo del altar es un derroche de oro, finamente trabajado, con florones y hojarascas que nos deja mudos de asombro.
Es tal su belleza que no hace falta ser un devoto cristiano, ni un gran entendido en arte, para que la visión de la estancia te sobrecoja y te emocione.

Talla de la Virgen de los Niños Perdidos
Pinturas murales

Junto a la Iglesia de San Juan Bautista encontramos el convento de clausura de las Carmelitas Descalzas . Evidentemente no mantenemos ningún contacto con ellas pero nos permiten la entrada a su iglesia y nos pasan la llave por el torno para que la podemos ver.

Es un templo austero, alejado de grandes dorados barrocos, con un sencillo pero impresionante altar mayor tallado en madera, sin adornos, y a los lados del altar un lienzo del Ecce Homo de Juan de Juanes, así como una Inmaculada Concepción.
Es muy curioso ver las rejas con pinchos donde, detrás de las mismas las monjas oran, escuchan misa, en latín, y canto gregoriano.
Detalle de la reja

Detalle del torno del convento


Altar mayor en madera

Salimos muy impresionados del conjunto arquitectónico que forman la iglesia y el convento, por lo que hemos visto y por la vehemencia con la que nos lo explica todo  Don Jesús.

Damos una vuelta por el pueblo, la antigua vía minera nos conduce por un túnel hacia un paisaje distinto al visto hasta ahora; almendros y cerezos en flor nos cautivan y nos acompañan por un paseo agradable en animada charla. Nos dirigimos, por esta senda, a la parte norte de Caudiel, donde queremos ver la Torre de Aníbal.


Área recreativa junto a la Torre de Anibal



La torre de Aníbal data del 222 a. C Es uno de los monumentos civiles más apreciado del pueblo, de forma cilíndrica y construido con arena y piedra.
Se dice que fue erigida por los cartagineses comandados por Aníbal y que la usaron como punto estratégico, durante dos años, a la espera del momento óptimo para atacar Sagunto, lo que dio lugar a la Segunda Guerra Púnica.

En fin, Caudiel, a poco que profundices descubres la importancia  histórica que encierra en sus callejuelas y ermitas. Hallazgos como las inscripciones romanas y lápidas funerarias encontradas en el término y expuestas en el atrio exterior de la iglesia y que datan del año 60 a. C.  nos dan debida cuenta de ello.
Por otro lado, es un pueblo alegre que en la celebración de sus numerosas fiestas patronales y paganas lucen sus mejores galas para recibir al visitante.        






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